Dos días en Cerdeña nunca vienen nada mal
Tras nuestro paso por tierras catalanas, decidimos volar a través del Mar Mediterráneo hasta la Isla de Cerdeña para conocer Cagliari y sus alrededores.
Con las maletas a cuestas, comenzamos un bello peregrinar hacia nuestro hotel, el Residenze Il Castello, ubicado en la parte alta de la ciudad. Por tal motivo, en la caminata debimos sortear pronunciadas pendientes, desafiantes y extensas escaleras que se abrian entre torres y bastiones medievales, hasta llegar a nuestros aposentos. Vale decir que el Residenze Al Castello es una antigua edificación que data del Siglo XV y en donde ha vivido una familia noble de la isla. Las habitaciones están organizadas como departamentos y llevan nomenclaturas alusivas a la vida palaciega, tocándonos a nosotros la llamada Sala del Trono, amplia y cómoda habitación con balconcitos a la calle desde donde pudimos apreciar el movimiento de la parte más vieja de Cagliari.
Si bien el camino al hotel había sido una dura travesía, enseguida dejamos los petates y salimos a descubrir las calles de la "cittá" más importante de la Isla de Cerdeña. No tardamos mucho en darnos cuenta que, esparcidos estratégicamente por el mapa urbano, existían ascensores públicos que nos hubiesen ahorrado mucho del esfuerzo invertido en la caminata inicial que nos llevó de la Terminal del Ferrocarril al Hotel.
Nuestro inicial y preliminar recorrido nos llevó sin mapas por distintos vericuetos de Cagliari. Descubrimos la hermosura de la ciudad y sus habitantes de a poco y manera totalmente instintiva. Muy cerquita y sobre la Piazza Palazzo estaba ubicada la Catedral de la ciudad, bautizada bajo el nombre de Santa María Assunta e Santa Cecilia y a su lado, el Palazzo Regio. A ambos ingresariamos al día siguiente, cuando nos sorprenderíamos gratamente sobre todo con los interiores de la Catedral y con la Cripta que el templo guarda en sus entrañas. No está de más aportar algunos datos fácticos... Por ejemplo y como muchas otras iglesias europeas, se empezó a construir en el lejano Siglo XIII y sus obras finalizaron recién en 1933. Otro dato curioso es que su púlpito de mármol se realizó en 1168 y originariamente estuvo pensado para ser ubicado en el Duomo de Pisa, pero finalmente terminó aquí. Bajo los pisos de la Catedral uno puede encontrarse con pasadizos subterráneos que protegen los sepulcros de diversos personajes de importancia como arzobispos, nobles, santos o virreyes. Frente a la Catedral y si uno cuenta con tiempo, es recomendable visitar el Antico Palazzo di Cittá, actualmente museo y centro de exposición de arte, pero que durante siglos fue sede de la gobernación vernácula.
A unos pocos metros, descendiendo por una vetusta escalinata, nos tomamos una merecida pausa en la pintoresca Piazza Carlo Alberto, con algunos cafés y bares en los que se puede reponer energías y cuyas mesas sirvieron para probar nuestros primeros Cannoli en tierras itálicas. En estos menesteres, recomendaré siempre el de pistachios.
Continuamos luego por la Via del Duomo y por la Via del Fossario, deteniéndonos en alucinantes miradores que permitieron observar la parte baja de la ciudad y mas allá, la inmensidad del Mar Mediterráneo. Finalmente llegamos al famoso Bastione di Saint Remy, cuyo nombre rinde homenaje al primer virrey que gobernó la isla bajo la tutela de la Casa Real de Saboya. Desde arriba, el Bastione ofrece interesantes vistas, pero es desde abajo el punto para poder observarlo en toda su significancia. Referencia obligada de los sardos -tal es el gentilicio para los nacidos en Cerdeña-, su construcción es relativamente reciente (1896-1902) y supuso el derribo de los antiguos baluartes de Zecca y Sperone que existían desde el Siglo XVI. El edificio fue puesto en valor en 2004. El Bastione es uno de los prinicpales ejes que comunican la Cittá Alta y la Baja, tanto por escaleras propias del monumento como por ascensores. Para bajar, elegimos hacerlo peldaño a peldaño...
Ya en la parte baja de Cagliari decidimos almorzar en Il Bastione Bistrot & Lounge Bar que se recuesta sobre la Via Regina Elena, de cuyo menú optamos por unos Gnochetti al pomodoro. Fue el momento ideal para empezar a probar los soberbios vinos de la Denominazione di Origine Controllata Cannonau di Sardegna. La uva de estos bellos vinos es la Cannanau que le da nombre a la DOC.
Nuevamente por las calles, decidimos acercarnos al Puerto, cruzando la Via Roma, para ver los barcos, los veleros, los yates y el mar. Algunos puntos panorámicos ubicados al interior del puerto son interesantes.
Ya era hora de ascender nuevamente a la Cittá Alta para volver al hotel, descansar y empezar a pensar dónde íbamos a cenar. Bordeamos el puerto y la zona costera de Cagliari y emprendimos la subida por el Largo Carlo Felice (lo que viene a ser un boulevard), hasta llegar a un ascensor que nos dejó cerca de la sede de la Universidad local y desde allí, en empinada travesía, llegamos hasta la Torre del Elefante, imponente fortificación de piedra caliza del Siglo XIV, identificada por la estatua esculpida del animal trompudo que le da nombre. Los horarios de apertura de la Torre son bastante erráticos, al menos en las jornadas que estuvimos nosotros, pero quienes han subido hasta su cima destacan la obviedad de unas vistas impresionantes.
Ya en el hotel, ducha y acicalamiento de por medio, descansamos un rato y volvimos al ruedo para un paseo nocturno que prometía mucho y que superó ampliamente las expectativas. Nos dirigimos hacia las inmediaciones de la Torre del Elefante una vez más para tomar, desde allí, la Via Croce y llegar al Bastione di Santa Croce, desde donde pueden obtenerse magníficas vistas de la ciudad y el mar y donde se encuentran muchos de los mejores bares y restaurantes de Cagliari. Entre las muchas opciones, elegí una mesa sobre el Bastione, con vista al mar iluminado y al cielo estrellado, en un restó llamado Libarium Nostrum, donde tuvimos una gran velada y nos sentimos verdaderos emperadores de esta ínsula del Mediterráneo.
Párrafo aparte para la cena en Libarium Nostrum, ejemplo de que hasta lo perfecto puede perfeccionarse aún más. Así fue la sensación de estar mirando el mar y la ciudad desde lo alto del Basione con una copa de Cannonau di Sardegna en la mano y ver que el mozo deposita en la mesa dos platos de pastas típicos de Cerdeña: unos Culurgioni con crema di Bottarga al Burro y una Frégula al Ragú di Pesce con crema de Mozarella al limón. Tiramisú de postre y punto y aparte.
Tras dormir como reyes en la Sala del Trono del Residenze Al Castello, emprendimos de manera súbita el recorrido del segundo día en tierras sardas. A pocas cuadras del hotel, disfrutamos de unos magníficos cannoli en un terraplén con privilegiada vista sobre Cagliari. El lugar en cuestión se llama El Café de Pablo y si bien se encuentra a unos cien metros del mirador en que nos sentamos, no tienen ningún problema en caminar bandeja en mano desde el local a la mesa.
El destino nos llevó luego a la Torre de San Pancrasio, construida en 1305, dos años antes que la del Elefante y junto con ella, son los símbolos indiscutibles de Cagliari. Desde allí, sinuosamente, llegamos a la Puerta de Cristina, una de las entradas al distrito de Castello, bonita pero de construcción relativamente reciente para los relojes europeos, ya que se mandó a levantar en 1825. Ahí nomás esta el Portico del Regio Arsenal cruzándolo se accede al Museo de Arqueología.
Tras una parada técnica en el mirador de la plazoleta Aquilino Cannas, bajamos hacia la Torre Tedeschina para meternos en el Barrio Judío y de allí a la Basílica Magistrale Mauriziana di Santa María para llegar, nuevamente, al Bastione di Santa Croce, donde almorzamos en una linda pizzería llamada Amalfi.
Deambulamos sin rumbo el resto de la jornada, disfrutando de la falta de rutina y de la calma de no tener previsto nada. Observamos a los locales colgar sus ropas al sol en sus ventanas balconeadas. Tomamos café y gelatto, cenamos fiambres, quesos y un copa de vino y luego descansamos... mañana nos espera un avión con destino a la eterna ciudad de Roma.
+INFO:
- Hotel Residenze Al Castello: Via Alberto Lamarmora, 118, 09124 Cagliari CA, Italia. Web: http://residenzealcastello.com/ - Redes:
- Catedral de Cagliari: Piazza Palazzo, 4/a, 09124 Cagliari CA, Italia. Web: http://www.duomodicagliari.it/
- Ristorante Libarium Nostrum: Via Santa Croce, 35, 09124 Cagliari CA, Italia - https://www.facebook.com/Libarium-Nostrum-1593135687567911/?rf=316786478457232
Gran destino la Isla de Cerdeña... He podido recorrer y conocer el lugar a través de tus letras...
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